
No es algo fuera de lo común fantasear con el futuro. Probablemente, en muchas ocasiones te hayas encontrado a ti mismo en escenarios ficticios que te gustarían que se hiciesen realidad. Llamémoslos sueños.
Cada día que te levantas de la cama, vas a trabajar, te esfuerzas y preparas para eso que tanto anhelas, estás poniendo en acción tus sueños. A esto lo llamamos visión. La diferencia principal entre tus sueños y tu visión (poner hipervínculo al artículo Sueños vs Visión) es que precisamente los sueños no generan acción, sin embargo, estar en visión nos conecta con una fuerza movilizadora que nos incita a hacer cosas orientadas y conectadas ese futuro con el que fantaseas.
Si eres de esas personas con una visión clara, probablemente tengas una enorme determinación, y eres capaz de poner en juego todos tus recursos y grandes dosis de energía para conseguir lo que quieres.
Sin embargo, si tu visión no es todavía del todo clara, este ejercicio te ayudará a dirigir tus pasos hacia tu meta real y conectar con quien realmente quieres ser o conseguir.
Ejercicio de mandala.
Antes de entrar de lleno en el ejercicio, debemos definir el mandala.
El mandala es una herramienta que te va a permitir reflexionar acerca de tu futuro. Desde el coaching consideramos que el futuro impacta en tu presente, lo condiciona de alguna manera, es capaz de transformarlo. Sabiendo claramente lo que quieres alcanzar, hacia donde quieres ir, es más fácil articular tu presente y dirigir tu realidad actual.
Dicho de otro modo, trabajando la visión de tu futuro (dónde quieres llegar o qué quieres conseguir), podrás influir, condicionar o movilizar tu presente (dónde estás en la actualidad), para acercarte más a tu futuro deseable.
Dicho así, quizás no suene especialmente sencillo. Pero no te preocupes, te vamos a guiar a lo largo de todos los pasos del ejercicio para que percibas el mejor de los resultados. Pero antes, algunas recomendaciones:
Recomendaciones.
Te aconsejamos e invitamos a dejar unos minutos para relajarte. Puedes escuchar una música que te inspire, hacer algún ejercicio de respiración o meditación, o simplemente tomarte un tiempo para tratar de dejar tu mente en blanco y mantenerte alejado de cualquier pensamiento o preocupación que puedas tener en ese momento.
Tomate tu tiempo para el ejercicio. Resérvate unas 2 o 3 horas para realizarlo y te permítete disfrutar de él sin prisas ni agobios.
Instrucciones.
Hazte con cuatro folios en blanco o una cartulina tamaño grande, tijeras, pegamento y varias revistas.
Si conseguiste la cartulina, divídela en cuatro cuadrantes, pero si tienes los cuatro folios colócalos de manera que los tengas todos a la vista.
Rellena cada cuadrante de la cartulina o folio con recortes de revistas, dibujos, etc. que representen o evoquen los siguientes 4 estadíos:
Folio o cuadrante 1: ¿Quién eres? Cómo serás en el futuro, con quién estarás, qué emociones te acompañan. Visualízate en 2, 3 o 5 años: ¿qué estás haciendo? ¿Dónde y con quién te relacionas?
Folio o cuadrante 2: ¿Qué competencias personales has tenido que aprender o desaprender? ¿Qué recursos necesitas para llegar a ser quién quieres ser? Habilidades, comportamientos, competencias…
Folio o cuadrante 3: ¿Qué has tenido que dejar ir? Lo que te ata, te limita, te agota y te desgasta. Lo que te impide avanzar: personas negativas, pensamientos limitantes y creencias erróneas.
Folio o cuadrante 4: Lo que te carga de energía, lo que llena tu espíritu. Qué impulsores aceleran la consecución del objetivo: personas, pensamientos, acciones o situaciones te aportan esa energía positiva tan necesaria para lograr tus metas.
Es el momento de reflexionar.
Una vez hayas plasmado todo lo anterior en tu cartulina o folios toca reflexionar. Para tener una mejor visión del ejercicio, coloca tus folios de la siguiente manera:
Folio 1 Folio 2
Folio 3 Folio 4
Para ponerle la guinda, busca una frase inspirada. Puede ser tu mantra o tu credo personal, algo que tenga significado para ti, que te guíe, y que resuma o recoja lo que has plasmado en tu mandala. Piensa, “¿qué es lo que me dice?”. Escríbelo por detrás de la cartulina a modo de título.
Conserva tu mándala y tenlo muy a la vista, utilízalo como guía para conectarte con eso que quieres, como fuente de inspiración o brújula personal para permanecer en el camino que te conecta con tu verdadero “yo futuro”.
Piensa cómo te has sentido mientras realizabas el ejercicio y cómo te sientes al terminarlo. ¿No es reconfortante plasmar todo lo que eres y quieres ser? Ahora, tienes tu visión más clara que nunca.
En resumen:
-El mandala es una herramienta del coaching que cree que visualizando el futuro puedes articular tu presente.
-Concéntrate en definir quién eres, tus competencias, qué has dejado ir y qué te motiva. Lograrás plasmar tu visión.
-Utiliza el mandala como guía para permanecer en ese camino que te ayudará a cumplir tus sueños.