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Radiografía del perfeccionismo I: ¿soy perfeccionista?


mujer en traje con pelo gris mirando una tablet y tiene gafas


Todos tenemos a nuestro alrededor personas que se definen a sí mismas como “perfeccionistas”. Si les preguntásemos a estas personas si consideran que el perfeccionismo es una cualidad positiva, muchas contestarían que sí.


Vamos a pararnos a analizar un poco más esta “virtud”. ¿Cuáles son las implicaciones que tiene esta búsqueda de la perfección? ¿Qué costes asume el perfeccionista para llevarla a cabo? ¿A dónde lleva el no conseguir esa perfección?


Si te interesa la respuesta de estas preguntas, es porque quizás te sientas identificado como perfeccionista. Nuestro objetivo es que, tras esta pequeña lectura, seas capaz de detectar si este es un rasgo de tu personalidad.


Definamos qué es el perfeccionismo.


Si tuvieras que definir a alguien a quien consideras que es perfeccionista, probablemente dirías que es una persona muy responsable, atenta a los detalles. Posiblemente tiene una imagen muy cuidada o estudiada, vamos, que no le falta detalle. Destacarías que es organizado e incluso que es un trabajador excepcional. ¡Un gran currante!


Pero, ¿cuáles son las verdaderas implicaciones de ser perfeccionista?


El verdadero coste de ser perfeccionista.


Si hablamos en términos de costes, y preguntas al perfeccionista cómo se siente, probablemente te diga qué lento, cansado, enfadado (consigo mismo y/o con los demás), preocupado, inseguro… en definitiva, imperfecto.


Detrás de esta ansiada perfección encontramos a personas que sufren por mantener este grado de exigencia, personas a las que les cuesta disfrutar de las relaciones con los demás y de las cosas que inician o emprende.


Cuando simplemente el “ser perfecto” es la fuente de la motivación, descubrirás a personas que solo se valoran cuando lo que hacen es perfecto hasta sus últimos detalles, y cuando las cosas salen exactamente como lo han previsto. Además, tienden a pensar que solo serán queridos y reconocidos por los demás si hacen las cosas bien.


Es por esto, que no puedes asumir cómo es la vida de un perfeccionista, especialmente si asumes que es bastante óptima. Por eso, es normal que te preguntes, ¿cómo es en realidad la vida de un perfeccionista?


¿Qué hay detrás del perfeccionista?


Si profundizas un poco más y te metes en el día a día de un perfeccionista, probablemente encontrarías a personas que:


  • Les cuesta delegar. Incluso pueden llegar a no saber hacerlo.

  • Viven por y para el trabajo.

  • A veces tienen dificultades para tomar decisiones.

  • Suelen ser existentes con los demás, es decir, les cuesta pedir y cuando lo hacen lo hacen como una exigencia.

  • Les cuesta ponerse en acción o iniciar cualquier actividad por trivial que parezca, ya que necesitan conocer y tener todos los detalles bajo control.

  • Viven y se relacionan con pensamientos o creencias tales como que les debe salir todo a la primera, que nadie debe equivocarse, no deben tener ni un solo defecto o el típico “si no vas a hacer algo bien, mejor no lo hagas”.

Si te sientes identificado con alguno de estos rasgos, efectivamente eres perfeccionista. No te agobies, ahora que has sabido identificarte como tal apropiadamente, te ayudaremos a lidiar con el perfeccionismo de manera más eficiente. No te pierdas nuestra siguiente píldora: “Radiografía del perfeccionismo II: cómo lidiar con ello”.


En resumen:


-Aunque un perfeccionista a primera vista parezca una persona ideal, este estilo de vida puede acarrear implicaciones y costes que no esperas.

-El perfeccionista tiende, a pesar de todo, a sentirse imperfecto. Además, su visión también trae consecuencias que no son demasiado positivas en su mayoría.

-En la siguiente píldora te daremos tips de cómo lidiar con el perfeccionismo.


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