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Radiografía del perfeccionismo II: cómo lidiar con ello


hombre con chaleco y gafas mirando documentos en una habitación con jarrón grande marrón en el fondo


En nuestra píldora “Radiografía del perfeccionismo I: ¿soy perfeccionista?” te ayudábamos a identificar si tenías rasgo de una personalidad perfeccionista. ¿Te sentiste identificado? Hoy te damos consejos para sobrellevarlo.


No sin antes pasar por las consecuencias del estilo de vida perfeccionista. Y es que, si el artículo anterior no te abrió los ojos respecto a lo duro que puede llegar a ser, queremos introducirte a los motivos por los cuales quizás es positivo pasar por ese proceso de cambio.


Consecuencias del estilo de vida perfeccionista.


El perfeccionismo llevado al extremo, como todo, tiene sus consecuencias. Entre ellas se encuentran:


  • Los perfeccionistas magnifican todo lo que les sucede. Hacen de cualquier mínimo incidente todo un acontecimiento que les impide continuar con sus tareas).

  • Inhiben sus emociones: ocultan sus miedos, no expresan su enfado ni su rabia. Viven con el temor de perder el control y de mostrarse vulnerables. Un buen ejemplo es el pensamiento de “si fallo o muestro mi error, pareceré incompetente”.

  • No viven en el presente, piensan continuamente en las consecuencias de lo que hacen, en lo que debería ser. Confunden el quiero con el debo, y el no quiero con el no debo, por lo que actúan sin saber qué es lo que quieren. Están más pendientes de autoevaluarse o ser evaluados por los demás y por lo tanto basar su comportamiento en dichas evaluaciones, que olvidan lo que realmente desean.

  • Ni perdonan ni se perdonan los defectos, errores, fracaso o imprevistos. Esto les hace alcanzar grandes niveles de frustración cuando estos detalles se escapan de su control, o simplemente no salieron tal y como habían calculado.

  • Si no tienen control total de la situación son grandes procrastinadores. Evitan realizar aquello de lo que tienen no la certeza que les va a salir perfecto. Prefieren postergar o no hacer por miedo a que el resultado sea malo o medio aceptable.

  • No valoran lo que otros hacen, bien porque siempre puede hacerse mejor, o bien porque encuentran defectos continuamente para todo. Para ellos siempre hay algún “pero”, destacando lo que falta. Nunca ponen en valor lo que se ha conseguido, lo que implica una gran dificultad para dar o recibir feedback y saber encajar las opiniones de los demás.

  • Son adictos a los resultados y al trabajo, en otras palabras, unos workaholics. Todo lo que hacen debe ser productivo, perfecto, y cualquier mínima actividad a la que se enfrentan la realizan con altos niveles de exigencia.

Esto, mantenido en el tiempo, acaba afectando a las relaciones profesionales y personales. Si eres así de perfeccionista, puedes generar distanciamiento tanto con iguales como con el personal que tienes a cargo, pérdida de confianza, e incluso dar la impresión de ser poco fiable y auténtico. Puedes provocar y mantener aislamiento social, ya que te cuesta formar un círculo de amigos o compañeros estable, o hasta tener dificultad para encontrar pareja y mantener amistades. También puedes sufrir problemas físicos como el agotamiento, estrés, ansiedad, etc.


Soluciones para sobrellevar el perfeccionismo.


Si te sientes identificado, no te preocupes. Nuestros coaches te dan las soluciones para sobrellevar este perfeccionismo que tanto puede llegar a agotarte.


La clave es vivir y enfrentarte a tu día a día, tus responsabilidades, ocupaciones, metas u objetivos desde una visión más “imperfecta”.


Posiblemente pienses “sí hombre”, pero la verdad es que este simple cambio te conecta con lo que realmente quieres y con quien quieres tener a tu lado. Te hace verte y mostrarte a los demás de manera más auténtica, con la mirada puesta en disfrutar de lo que haces, vivir el presente y aprender tanto de tus errores como de tus éxitos.


Te permite evolucionar, equivocarte, delegar, confiar más en los demás y en ti mismo. Te dota de seguridad y, sobre todo, te permite vivir en la liviandad. En definitiva, serás más feliz y más libre.


Sí, muy fácil de decir y no tanto de hacer. Pero tomar la decisión consciente a diario de permitir ciertas imperfecciones en tu vida es una de las acciones más importantes que puedes hacer para gestionar mejor el perfeccionismo.


En resumen:


-Como ya sabes de la píldora anterior, no es oro todo lo que reluce. Ser perfeccionista puede llegar a ser agotador.


-A la larga, el perfeccionismo puede llegar a afectar a las relaciones personales y laborales.


-Todo tiene solución. El perfeccionismo extremo también. Simplemente hay que acercarse a desde una visión más “imperfecta”.



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